viernes, 3 de octubre de 2014

LA GUERRA Y LA CAZA EN LOS RELIEVES DE LOS PALACIOS ASIRIOS.

La historia del estado asirio es la de un pueblo acostumbrado a vivir en una lucha constante. Al  estar en medio de vecinos poderosos y belicosos, se convirtieron en un pueblo guerrero sumamente violento y  conquistador. Comprendieron que la mejor defensa contra sus enemigos era un ataque. La guerra será su orgullo y el tema principal  de  los relieves con los que decoraban sus palacios. Aquí debajo puedes contemplar algunos detalles de los relieves que se hallan repartidos por los principales museos del mundo, provenientes de los palacios de Nínive,Jorsabad y Asur.




Al menos desde la primera mitad del segundo milenio a. C se tiene constancia de que el pueblo asirio habitaba el norte de Mesopotamia. Pero no entrarán con protagonismo como estado hasta mediados del siglo XIV a.C. tras independizarse del reino Mitani. Su extensión variará en los siguientes siglos según los momentos de esplendor (Imperios) o de decadencia. Habrá un núcleo del país asirio, entre Assur, Nínive, Nimrud y Arbil, que, pese a los momentos de crisis, permanecerá independiente hasta el año 612 a. C. en el que será conquistado y sometido definitivamente.


Durante los siglos XIV al XI (1356-1087 a.C.), Asiria dominó toda la región del norte de Mesopotamia, el Alto Éufrates y y el Alto Tigris, extendiéndose en algunos reinados  desde el Mediterráneo a las montañas de Armenia. Es esta la época de Salmanasar I (h. 1274-1245 a.C.) o Tiglatpiléser I (h. 1112-1074 a.C.).Las expediciones de pueblos caldeos y también arameos pusieron fin a esta época de esplendor asirio que no se recuperó hasta fines del siglo X a.C.

Guardia de Asurbanipal. Nínive.

Entre los siglos IX y VIII a.C. Asiria llegó a desarrollar un gran poder. Bajo Asurnasirpal II (883-859 a.C.) los asirios dominaron hasta el mar Negro por el norte y, tras unos años de crisis internas, en la época de Tiglatpiléser III (745-727 a.C.) llegó a su apogeo, dominando todo el territorio de Mesopotamia. Estas conquistas fueron posibles gracias a un ejército equipado con armas de hierro (arco, lanza, espada larga) y bien organizado (infantería, carros, caballería). El rey aparece como protagonista absoluto de las hazañas militares, jefe de su ejército pero también guerrero que tensa el arco en el asedio de las ciudades fortificadas.

Asurnasirpal II asedia Udu o Madara (s. IX a. C.), procedente de Nimrud. Museo Británico.

El reinado de Sargón II (721-705 a.C.) marcó el momento culminante del imperio. Fue este rey quien construyó una nueva capital, Jorsabad, testimonio de toda aquella grandeza. Su hijo Senaquerib (704-681 a.C.) no querrá habitar la casi inestrenada ciudad de su padre y trasladará la capital a Nínive, ciudad provista de una monumental muralla y de un acueducto que recogía el agua de un canal de 50 kilómetros. Senaquerib dedicó todos sus esfuerzos a la conquista de Babilonia, contra la que combatió hasta asediarla y destruirla. Los paneles de su nuevo palacio describen detalladamente preparaciones bélicas, asedios,  batallas, toma de ciudades,  ejecuciones de enemigos y deportaciones de prisioneros capturados.

Toma de una ciudad elamita y destrucción de sus murallas en tiempos de Asurbanipal (s. VII a. C.), Nínive.

El último gran rey asirio, refinado, literato y cruel a la vez, fue Asurbanipal (668-627 a.C.), quien completó la conquista de Egipto, destruyendo Tebas. También invadió el país de Elam y arrasó Susa. Este rey gustó ser representado también como un gran cazador, como un dios-héroe que abate a las fieras con sus flechas. Estas escenas tenían un valor simbólico y religioso. A través de ellas se ensalzaba al soberano como vencedor y protector del orden natural.

Asurnasirpal cazando leones desde un carro. Nímrud. Museo Británico.

En el año 614, Babilonia y los medos formaron una coalición y se  apoderaron de Asur, lo que supuso el fin del dominio asirio en Mesopotamia. En el 612 a. C. llegaría la destrucción de Nínive.


Las características artísticas en este otro artículo.

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